sábado, 26 de diciembre de 2009

Una esquina, dos historias

La primera



"A despecho de las dificultades
de mi historia, a pesar de las
desazones, de las dudas, de las
desesperaciones, no ceso de afirmar
en mí mismo el amor como un valor"
Fragmentos de un discurso amoroso
de Roland Barthes


En la esquina de Callao y Mitre desplegaba su banquito de madera y se sentaba durante varias horas. El hombre mayor con profundas marcas temporales en el rostro había aparecido repentinamente y los trabajadores de la zona comenzaban a esgrimir varias hipótesis:
Las chicas de Todo Moda pensaban que se trataba de un nuevo vagabundo, recordaban la historia del profesor de matemática que de un día para el otro había abandonado su casa, su familia y su trabajo.
El barrendero decía que era uno de los jubilados que protestaban los miércoles pero que se quizás se había peleado y por eso decidió mudarse de esquina.
El diariero agregaba tintes de policial, con mucha seguridad alertaba a las mujeres de la zona explicándoles que ese señor en apariencia dócil y simpático era en realidad un asesino serial.
Nadie se animaba a hablar con él hasta que un día uno de los pizzeros de La Americana decidió preguntarle qué hacía justo ahí, en medio del ventanal, durante tantas horas. Cuando se acercó el anciano permaneció inmóvil, casi sin percatar su presencia, entonces el pizzero comenzó a observarlo detenidamente y descubrió un anillo en la palma de su mano. Se atrevió a preguntarle y el anciano sin omitir una palabra le señaló la parte superior del ventanal, se trataba de una nueva inscripción que había permanecido oculta durante muchísimos años detrás de un enorme cartel .



La segunda

Ahí está Cuando tenía apenas cinco años la madre le dijo: "Hay que mirar para arriba, mirá, ¿ves?".
Con el tiempo comprendió que no se refería al cielo sino a las fachadas. También descubrió que era Guillermo, antiguo compañero de la facultad de arquitectura, el que les había levantado la mirada. Le fascinaban las molduras, los balcones y las cúpulas, pero en su exilio a España -forzado por la hiperinflación- Guillermo perdería esos fragmentos de ciudad que lo cautivaban.
Ella, que también estuvo a punto de irse después de diciembre del 2001, recibe un SMS:

Fijate la esquina de mitre
y callao. Huellas del pasado
sobre la americana para foto
beso, Susana.





viernes, 18 de diciembre de 2009

La brevedad de tus ojos

Un nene de seis años dice:

Ma, ¿está el señor del tren?

Ese sonido… mami, quiero salir de aquí

Acá tiene luces mami, ahí una vía pero no sale

¿Qué es ese sonido? ¿Sale el tren de la cueva?

sábado, 12 de diciembre de 2009

Nocturna

La vereda se hizo mar
la luz de los faroles, luna
la plaza
en un diciembre de ausencias



Foto de Maia, excelente fotógrafa, ver su sitio: http://www.fotolog.com/plenus_a_um


Caminan por la ciudad, deambulan, se pierden.
"¿Por dónde quedaba San Telmo?" Daniel, estudiante estadounidense, levanta su mano y dice "para allá". Las locales Eri, Mai, Vir, María y Gaby lo siguen.
Llegarán hasta plaza Dorrego, un bar, risas, baile.
Y después el retorno, Mai parándose en la desierta Plaza de Mayo, sacando su cámara, eligiendo un encuadre, y esa foto que dice lo imposible que es no quererte Buenos Aires.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Maldita tecnología

Siempre le llamaron la atención las peleas en público.

Dos imágenes:
-Una chica joven peleándose a las tres de la mañana arriba del colectivo. La chica llora, él mira por la ventanilla.
-Un hombre y una mujer de unos cuarenta años enmarcados por el ventanal de un restaurante. Sus cuerpos están cerca pero la distancia de su mirada es abismal.

Adrián toma su capuchino en Havanna, saborea la canela y cuando está a punto de ponerse el auricular del MP3 escucha algo que le llama la atención, dos chicas hablan en un tono elevado, casi gritando:

-Nos estamos separando ¿y él lo que hace es cambiar el estado en el Facebook?-
-Y bue…-
-Es típico de hombre. ¿Una qué hace? llega llorando y llama a las amigas. Ellos se peinan se cambian y salen, aunque estén tristes.
-¿No estarás estereotipando un poco?-
-No, es así. Ellos pueden estar tristes y todo, pero siguen, como si nada-

Mientras escucha la recuerda a ella, esa vez que se besaron ahí mismo después de que ella pidiera su alfajor de nuez.
El dolor de la pérdida, la obstinada persistencia del recuerdo, ¿dónde puede caber tanto dolor?

martes, 1 de diciembre de 2009

Fueron tus ojos


Como el día está fresco Juliana decide caminar por avenida Corrientes antes de entrar a trabajar. Cuando llega a la estación Callao ve una nube de polvillo y un ruido muy fuerte, un hombre corta baldosas para arreglar la entrada del subte. Avanza en esa densidad hasta que el panorama se va aclarando: un hombre, una mujer y cinco chicos duermen en un colchón sobre la vereda. Uno de los nenes está despierto mirando el polvillo hasta que Juliana lo mira y el nene también la mira pero Juliana sigue caminando y el nene vuelve a mirar el polvillo.
Todo ese día serían sus ojos, esa mirada y Juliana detenida observándolos desde lejos.

Pequeño Antoine Doinel, ¿dónde está tu mar? (Los 400 glopes)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Invisibles

La florería está ubicada sobre Rivadavia y Callao, al lado del puesto de diarios. En la vereda de enfrente hay varios locales de accesorios femeninos.
Resultan bastante incómodas las rejas que impiden el paso del peatón en las esquinas.
El semáfaro tarda una eternidad pero cuando hay manifestaciones se puede caminar por la avenida.
Hace ya cinco años que Diego camina las mismas cuadras pero sólo eso configuraron sus sentidos. A ellos jamás los vió. Son pocos, unos siete u ocho, y la lentitud de sus movimientos los desdibuja en el resto del paisaje.
Hasta que una tarde la mirada de Diego choca con los ojos de ese hombre. Cinco años de su vida de veintitrés años, los mismos cinco años para la vida de ese hombre de ochenta.
La espera se vuelve inconmensurable en la vigencia de un cartel que lleva pintado 82% móvil.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Lost



Viernes, lluvia en Buenos Aires. Victoria sale del consultorio del homeópata sobre avenida Juan Bautista Alberdi. Un río corre sobre la vereda, algunos se bajan del colectivo y corren descalzos mientras la ropa se les adhiere al cuerpo.
Victoria espera hasta que finalmente deja de llover y la avenida se desagota.
Sube al colectivo 1 rumbo a zona oeste. Cuando pide el boleto observa al colectivero, lo nota muy joven, es la primera vez que lo ve.
Se sienta y a medida que avanza por Rivadavia observa la gente amontonada en las veredas, algunos miran la boca del subte y otros esperan en la parada del colectivo. Rivadavia no tiene tanta densidad poblacional así que prende la radio: Luego de la lluvia varias zonas quedaron anegadas. No hay subtes y la ex línea de trenes Sarmiento se encuentra interrumpida.
El colectivo para en Flores, se detiene durante media hora en la que no cesa de subir gente hasta que, indignado, un pasajero grita: -Arriba en el techo hay más lugar-.
El colectivero cierra finalmente la puerta y retoma la marcha.
Llegando a Liniers el tráfico por Rivadavia se detiene por completo entonces el colectivo dobla hacia la izquierda y avanza sin problemas hasta que se detiene abruptamente. Pasan los minutos y los pasajeros comienzan a impacientarse. Una chica que estaba parada se sienta en el piso. Una mujer habla con su amiga:
-Me bajo, me bajo, no aguanto más, me bajo-
-¿A dónde vas a ir? ¿a dónde? Estamos lejos, quedáte tranquila-
Victoria le manda un SMS a una amiga avisándole los inconvenientes en los medios de transporte y recibe una respuesta: Acá el subte empezó a andar y anuncia la combinación de subtes en inglés. Esto es cualq cosa, jajajaja
Un pasajero se acerca al colectivero y comienza a darle indicaciones.
De atrás le gritan:
-Flaco volvé a Primera Junta y empezá de nuevo-
Un señor dice disminuyendo el tono de voz:
-Este pibe llamó en el medio de recorrido para ver dónde agarraba no entiende nada, nada-
Aparece la avenida General Paz y una mujer explica:
-Ahora sí, me parece que va a agarrar la Díaz Vélez-
Una voz masculina vuelve a dirigirse al chofer:
-¿Quién te indica, Zulma Lobato?-
Risas.
¿Llegarán a destino estos pasajeros o permanecerán allí adentro eternamente? Quizás algún día alguien les invente su propia serie…

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cuando te deje

Nocturno
“la luz de mis amigos en las cenas en mi ciudad
el perro de Anouilh que siempre aúlla para mí
casas de barrio a oscuras cazadores de lavabos de estación
mi amiga comprándome vino en el kiosco
un avión esperando para encender los motores”
Juana Bignozzi de La ley tu ley




-Algún día me voy a ir, llevaré conmigo fragmentos:
Pedazos de charlas con vos, olor a cigarrillo.
El sabor de la pizza vegetariana en La continental.
Tus risas en chipriota y tu pasión por la cumbia.
Llantos de subte.
Desayunos a destiempo.
Libros de saldo-
Lo dice con un tono lúgubre y convincente mientras hace fila para la entrevista: Telermaketer se busca. Hasta 27 años. c/s experiencia. Se lo dice a nadie en medio de un tumulto que pronostica una larga espera.
Amplia experiencia en búsqueda laboral, sin experiencia laboral.
Nunca aparecerá en las estadísticas nuestra nostálgica desempleada. Siente que esta vez no podrá a pesar de haber sobrevivido a la crisis del 2001.
Un avión que se va, algún día. Tanto miedo al olvido.

viernes, 6 de noviembre de 2009

No pretendan civilizarme…



A las seis de la tarde comienza el operativo retorno. Todos apuran el paso para llegar lo antes posible a casa.
Juan se aproxima al ascensor del trabajo y espera.
Aparece un abogado con su elegante traje y Juan piensa en todo lo que falta: subte, tren Sarmiento, colectivo. Llega el ascensor pero cuando las puertas se abren ve que no hay más lugar, intenta subirse, corre su mochila, se lanza hacia adelante hasta que una mujer con toda la seriedad e indignación le grita:

-No hay más lugar, ¿No te das cuenta?-

Juan se adelanta de todos modos activando el mecanismo de apertura automática de puertas. La mujer vuelve a enojarse:

-NO-HAY-MAS-LUGAR, NO-ENTRAMOS, NO-ENTRAMOS-

La puerta se cierra y Juan le dice al abogado que sigue imperturbable a su lado:

-En el subte hubiera entrado, ¿Por qué acá no?-

sábado, 31 de octubre de 2009

Mi mundo privado Vol. II: Óyeme bien

Rock, salsa, raggaetón, cumbia, pop, electrónica. Todos llevan su propia banda sonora. Pero la escucha ¿es algo privado, personal? Muchas veces el volumen excede ese ámbito generando una seguidilla de musicalizaciones momementáneas.
En uno de los antiguos vagones de la línea A dos amigas hablan sobre Ricardo Arjona:

-Odio a ese tipo, no me gusta, que se yo, de terror-
-A mí me molesta la metáfora facilista, la rima forzada-
-Si, no me gusta nada, una compañera del trabajo dice que le encanta, no lo puedo creer. La tuvo que acompañar el novio a verlo ¿A vos te parece?-
-Pobre flaco, un mártir-

Los cuerpos se rozan, se aplastan y en ese conglomerado una chica pone play en su reproductor: "Díme si él te conoce la mitad, díme si él tiene la sensibilidad...".
Una de las amigas escucha y le asalta un: "Está escuchando Arjona, Arjona, noooooooooo".
Cruce de miradas.

sábado, 24 de octubre de 2009

Silencios

“Llorando
de cara a la pared
se apaga la ciudad”
De cara a la pared de Lhasa de Sela




Una editorial, la redacción, una oficina, Palermo, a metros de Avenida Santa Fe y Juan B. Justo.
Una fotógrafa escucha música en su computadora. Una redactora intenta escribir un artículo mientras escucha por primera vez a Lhasa de Sela. Esa voz perturba, conmueve. Las frases de las letras vuelven y otra vez, las repite mentalmente. Tras sus espaldas el mundo se quiebra, se abre una hendidura. La ciudad no se apaga, por esa música jamás existió.

jueves, 22 de octubre de 2009

Si llueve…


Dos amigas hablan por chat:

Verónica dice:
buenas!
te mojaste?
yo si
Carolina dice:
sip
ta horribleeee
día pa quedarse en casa comiendo bizcochitos de grasa
hoy viajé pésimo en el subte
Verónica dice:
yo también
y a un tipo se le ocurrió decirle a una mina "no me empujes"
y la mina le empezó a contestar caliente
aunque no insultó, pero dijo : "si no hay lugar, no te estoy empujando es que no tengo lugar, viajamos mal, bla bla bla"
pobre tipo, la mina se le fue al humo
pero igual la mina tenía razón, no empujaba porque quería el
otro tipo, cuando ya había menos gente, a una mina q tenía atrás le dice "no empuje señora, que bajo también en la próxima, y no toque"
Carolina dice:
no toque jajajaja
Verónica dice:
y la mina le dice algo sobre lo de "tocar" que no escuché bien
y el tipo le contesta "bueno, entonces si quiere toque, pero no empuje" todo en tono de cargada

domingo, 18 de octubre de 2009

Sola

“Se ama de pie, en las calles, entre el polvo
de los salones y las plazas; muere
la flor el día en que nace. Aquella virgen
trémula que antes a la muerte daba
la mano pura que a ignorado mozo;”
José Martí, Amor de ciudad grande




Juana llora la pérdida de un amor, deambula por las calles escondiendo lágrimas que estallan. No sabe a dónde irá, ¿Hace cuanto que no recorría la ciudad así? Estira la mano y siente que mira sin sus ojos.
No entiende cómo pudo ser, la ciudad es él. En la parada del colectivo 60 le propuso que se vayan a vivir juntos, en Avenida de Mayo, cerca del café Tortoni, se dijeron que se querían tanto, pero tanto, que sintió que esta vez sí, dejaría de ser sólo Juana deambulando por las calles.
Pero con la misma intensidad de ese un cruel arrebato que quita, algo la sorprende: Unión de parejas.
El póster luce desgarrado. Aquél que pacientemente retiró el papel quizás desconocía la magnificencia de esa mínima acción, impedimento para que esos destinos volvieran a unirse.

martes, 13 de octubre de 2009

Instantánea

“Living is easy with eyes closed,
misunderstanding all you see”
Beatles, Strawberry fields forever




Al lado del semáforo el joven espera: luz verde, los autos pasan, espera, luz amarilla, espera, luz roja, espera, luz verde, espera, espera, espera. La joven apurada lo ve y le dice: “Hola, ¿Cruzás Rivadavia no?”. Él apoya su mano sobre la espalda de ella y cruzan.

En ese instante alguien refracta en ellos su dolida soledad y siente que hay muchos otros que sí se quieren. Porque podría ser una historia de amor, pero ella lo deja y él sigue hasta la próxima esquina, con su bastón blanco, esperando que alguien lo vuelva a querer un poquito y así poder cruzar.

miércoles, 7 de octubre de 2009

No se ve…

Un extraño bulto yace en la gélida vereda de Avenida Corrientes, restos de un otoño que se resiste a abandonar la ciudad.

Cubierto con un buzo de algodón permanece con la inconsistencia temporal de lo espectral. El transeúnte pasa pero, aparentemente, no lo percibe, sigue de largo, quizás forme parte de su “fuera de campo”, está ahí sin verlo, ¿acaso le teme?

Los zombies no invaden la ciudad ni se trata de una película de fantasmas, esa extraña presencia es un hombre que vive y duerme en la calle.

Alguien le tiende la mano, lo despierta, pero no para que se retire, sino para ofrecerle un café caliente y unas medialunas en un bar. Se sientan, hablan, se cuentan sus formas de vida. Por primera vez se encuentran, por unos instantes la indolencia y la omisión se desdibujan. Y todo esto, como lo otro, no puede sino formar parte de otro género ficticio porque todos los que pasan también sobreviven a fuerza de un voluntario enceguecimiento.


domingo, 4 de octubre de 2009

Mi mundo privado (Vol. I)

Escucha música (Fito Paéz a todo volumen), se saca un auricular y hace una llamada:
“Hola si, ¿Vamos a Lobos? ¿Qué vos te vas a Lobos? A no te entendí… perdonáme. Uy Gloria me llamó diez veces, me aparece llamado perdido, encima ahora que estoy hablando con vos, otra vez debe haber llamado, pobre. Noooo, vos no escuchás lo del llamado perdido pero yo sí.”
La charla se prolonga dos estaciones de subte.
“Eh, si, ¿Pero porqué estás así cortante? ¿Cómo?...... Ah… bueno, ¿Y porqué no me decís lindo que estás manejando y no podés hablar eh? Sino no sé qué te pasa, pienso que estás mal conmigo o algo, cortante ¿Entendés?. Lo que no entiendo es porque no me dijiste que estabas manejando, me decís y listo sino no sé, te noto cortante, distante y no sé qué te pasa, no puedo saber ¿Entendés? Ehhhh…. Silencio… Bueno, dale, si, si, está bien, beso, yo también, bye”.
El viajante se entromete en el momento de ellos, el viajante escucha, ¿Qué?:

-Una chica haciendo un reclamo absurdo, banal, repite constantemente, incomoda al novio conductor

- Incontinencia oral

-Parece una adolescente pero se le notan unos treinta y pico…

-¿Porqué Fito Páez?

jueves, 1 de octubre de 2009

Mi mundo privado, una introducción

“(…) el no lugar es el que crea la identidad compartida
de los pasajeros, de la clientela o de los conductores
del domingo”
Los no lugares. Espacios de anonimato de Marc Augé


En la ciudad se vive, se sigue viviendo “como si”.

A pesar de ser ámbito propicio para el anonimato, también se presta al repentino reconocimiento de ese otro con su historia. Ahí está, no lo vemos hasta que un instante fugaz hace que nos detengamos y podamos particularizarlo.

Porque a veces la conducta excede el ámbito privado, lo desborda hasta manifestarse impúdicamente ante esos otros desconocidos.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Reflejos

Los árboles de la avenida Alberdi no son tan enormes como los de Goyena. Pero ni unos ni otros conmueven a los estudiantes que se dirigen a paso apresurado por Puán hacia la Universidad de Filosofía y Letras.
Van y vienen. Muchos charlan, la caminata se presta para discutir la clase, el próximo parcial o la salida del sábado.
Pero de vez en cuando alguno alza la mirada y los ve, deshojados. Otros, en cambio, con los ojos perdidos, los descubren ahí, entre restos de cigarrillos, basura y mugre, al borde del cordón, distintos, colándose en el agua.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Menú del día







Festejan el cumpleaños del niño, cinco añitos. Las tías y abuelas no dejan de charlar y aprovechan para comer los deliciosos sándwiches de miga. Los de jamón y queso, aceitunas y huevo, son los preferidos. Comen y comen.
En la panadería, los recortes del pan de miga utilizados para el armado de esos mismos sándwiches llegan de contrabando a manos de una misteriosa mujer. De edad avanzada, lleva consigo un carrito de mandados desde donde saca los recortes para distribuirlos estratégicamente en la esquina de Rodríguez Peña y Lavalle, los tira sobre la vereda, quedan montañas de pan que con la lluvia se empastan y provocan que los transeúntes se resbalen.
Las palomas degluten, se lanzan en picada desde los cables. ¿Qué la lleva a esa mujer a hacer lo que hace? ¿Cree en verdad que las palomas en la ciudad morirían de hambre de no ser por su ayuda alimenticia? Establece una forma de dependencia, un hábito, crea vínculos con esos animales putrefactos que barnizan la vereda con sus sustanciosas defecaciones.
Mientras, en algún bar de la ciudad, la gente come sándwiches, siempre sándwiches, deliciosos…

martes, 15 de septiembre de 2009

Paro de subtes

Llega a la estación, baja, corre por las escaleras hasta que la detiene el diarero: "Hay paro, no hay subte, hay paro". Se va hacia avenida Rivadavia, la muchedumbre espera agolpada alguno de los colectivos que vienen repletos.

Deja de correr, se resigna, espera en una parada. Los minutos pasan, tira la cabeza hacia atrás, su vista queda hacia arriba, allí lo ve, el edificio Art Nuveau, enfrente suyo. Contemplación, silencio:


viernes, 11 de septiembre de 2009

Privacidad en Plaza Miserere


En la estación Miserere una mujer mayor, flaca, con la cara surcada por gruesas arrugas, pide monedas a los pasajeros con urgencia de boletos.

Se le acerca una joven de similares facciones y contextura física. La mujer saca un peine de la cartera y la chica, mirándose en el vidrio de la ventanilla de los boleteros, comienza a peinarse.

La estación, una casa, momentos, vidas privadas. Los pasajeros que miran, espectadores silenciosos, intrusos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Asientos: gran dilema

Un joven se dirige con su amiga a los últimos asientos del colectivo. Comienzan a charlar, tranquilos, pero una mujer mayor con una voz finita y chillona le grita:
-Andáte, andá a otro asiento ¿No ves que hay otros asientos libres?-
-No me voy a ir señora, me quiero sentar acá-
-Andáte, andáte...-
Atrás observo a la mujer y al joven, al parecer el problema consiste en que el joven es demasiado grande como para sentarse en el asiento:
-¿No te das cuenta que no entrás?- continúa gritando la mujer.
-Mire señora, yo no soy un chorro, soy una persona decente, soy un enfermero ¿Sabe? así que a mí tráteme mejor y si quiero me puedo quedar acá, no me voy a ir señora-

lunes, 24 de agosto de 2009

Dulce palomita



Atacan a los trabajadores ni bien salen de sus oficinas. Evocando una imagen de Los pájaros de Hitchcock, las palomas sobrevuelan a los transeúntes que carecen de las cabinas telefónicas londinenses para refugiarse.
Aquellos otros que se salvan del ataque caminan por las calles del centro hasta que se topan con unas cinco palomas que se apropian de la vereda, ni se inmutan ante el paso humano, se han convertido en inmunes, son palomas de ciudad, su naturaleza se ha transformado de forma que carecen de mínimas dosis de miedo.
Antes, las palomas volaban ni bien te acercabas pero ahora sos vos el que tenés que correrte para dejarlas pasar porque te da miedo pisarlas. Sin embargo, algunos de sus cadáveres aparecen en las calles, los denominados “purés de paloma” o restos de paloma aplastados en el asfalto. Para algunos, una triste pérdida, pero para otros, la reivindicación de la ciudanía citadina.

sábado, 15 de agosto de 2009

Ellos




“Atópico, el otro hace temblar el lenguaje”
Fragmentos de un discurso amoroso, Roland Barthes


La chica se sienta, mira por la ventana, diez minutos después ve un joven que sube, lo mira, lo vuelve a mirar, mantiene su mirada mientras el joven saca el boleto pero ni bien termina le retira la mirada. El colectivo está casi vacío, un jueves de semana santa por la mañana. Sólo hay tres asientos ocupados pero el joven se sienta al lado de la chica.
Ni se miran, no se tocan. Pero son una imagen, los dos llenan el colectivo.

miércoles, 22 de julio de 2009

Música fantasmal



La música suena para atracción del turista, proviene de un Siku, flauta criolla. El músico se encuentra rodeado de grandes parlantes y alguna vestimenta de color local.

La gente se para, mira. Los turistas se sorprenden, de ese instrumento resuenan melodías de sus tierras, made in USA. Lennon, algún tema de los ochenta, el cantante tiene un repertorio internacionalmente variado.

Un joven pasa por la calle Florida ve la escena reiterarse cuando va y viene al trabajo hasta que un día lo sorprende la ausencia del músico: el Siku permanece erguido sobre un trípode, el Siku solo, pero la música sigue sonando.

viernes, 17 de julio de 2009

Vínculos




Ya se ha dicho que una de las características de la ciudad moderna es el anonimato, pero... ¿Qué pasa con el que vive en el barrio cuando llega a la ciudad?
Se pasea por las calles y saluda al verdulero, hijo del que le vendía a sus abuelos. Sigue su camino y ve a un antiguo compañero del colegio primario. Llega a su casa con la certeza de que el pasado ha quedado marcado, y no sólo en los espacios en los que habitualmente transita. Él también es esa otra gente, es él junto muchos otros.
A la mañana saluda al colectivero: "Buen día" y sigue camino hacia la ciudad. Se ha cruzado con varios pasajeros durante meses, a la misma hora, en el mismo subte, ellos son su presente, su cotidianidad y no se saludan.

domingo, 12 de julio de 2009

Espacio controlado

"¿Qué ves vos acá? ¿No te perdés?": Se le pregunta al extranjero que visita la ciudad. La respuesta explica cómo la cartografía citadina está diseñada para poder ubicarse con facilidad: "Es fácil, Corrientes, Rivadavia, las avenidas, es fácil". Las avenidas demarcadoras y limitadoras del espacio.
Al parecer, vivimos en una ciudad demarcada, donde no queda lugar a la improvisación. Pero hay formas de resistencia, hay que pasear sin rumbo fijo, perderse, así.



lunes, 6 de julio de 2009

Chicos



Desde que la gripe A (entre nosotros, la porcina) apareció por Buenos Aires, la cantidad de gente en las calles y transportes públicos disminuyó.
En las escuelas se suspendieron las clases y ya casi no hay chicos por ningún lado. Pero en el vagón escucho una voz, es un nene que grita: “Vení, vení, vení, uhhhhhhhhhhhhhh mirá, vamos ahí, se ve adelante, mirá uhhhhhhhhhh, dale, dale, dale”. Otros dos nenes aparecen, son chicos de la calle pero no están vendiendo en los vagones.
Se sientan en el asiento y miran, se ríen, disfrutan. Después uno dice que tienen que bajarse, sale corriendo y los otros lo siguen.
Mientras, otros chicos, encerrados en sus casas, ven películas en el DVD y juegan a la Play Station.
Formas de niñez, libertades relativas. ¿A dónde irán los chicos del subte?

domingo, 28 de junio de 2009

Para armar

"¿Porqué entré en el restaurante Polidor?
¿Porqué, puesto a hacer esa clase de preguntas,
compré un libro que probablemente no habría de leer"
62, modelo para armar de Julio Cortázar




El bar de la calle Paraná llamó mi atención, esas ventanas, esa sensación de entrar en otra dimensión, de viajar en el tiempo.

Y, efectivamente, los espejos, las charlas, la gente. Como el plato del día, pero los observo y me pregunto porqué, ¿Porqué entré en este bar? Pero hay algo que se resiste al entendimiento, algo más, como en tantos otros bares de esta ciudad.

El mismo entusiasmo que me llevó a comprar esa vieja edición del libro de Cortázar pero que sí leería. Las hojas, como espejos, como bares, atrapan.

miércoles, 24 de junio de 2009

Plaza del Congreso

Justo ahí, enfrente del Congreso, esa mujer permance, en su banco, su casa.
Tiene pilas de bolsas, ropa, está abrigada, hace frío.
Hoy, con dos grados de temperatura, la veo tomando algo caliente. En la pila de bolsas se destaca un cuadro de Jesús, ella lo mira y le dice: "Te vas a quedar sin trabajo".
Como tantos otros, como ella, quizás. Y enfrente está el Congreso pero todos están demasiados ocupados para mirar...

sábado, 20 de junio de 2009

Rejas

La librería se tomó el atrevimiento:


Percepción



Mira, se aferra de el brazo de su madre, con sólo cinco años viaja en ese cúbiculo con gente que la aplasta.
Baja, sigue mirando, desde abajo hacia arriba. Todo se ve grande, inmenso, de las garrapiñadas llega el olor y el ruido de la cuchara de madera golpeando la olla.
Ella sigue agarrándose del brazo, ve las palomas pero no las corre, sigue el vuelo con su mirada.
Un charco producido por una baldosa rota le produce una extraña alegría que deriva en saltos sobre el agua. La madre se enoja, pero la alegría continúa.
Un cochecito con un bebé pasa a su lado, lo mira, gira la cabeza para seguir el trayecto. Porque los chicos se animan a girar la cabeza, siguen con la mirada lo que les atrae, persisten en su asombro.

miércoles, 17 de junio de 2009

Ralenti

La gente camina rápido por la Capital, se cruzan, se chocan, se adelantan, se golpean. Pero siempre hay alguien que detiene la marcha. Esta vez fue una mujer de unos noventa años, con su bastón, la que me impidió el paso acelerado. Me vi obligada a seguirle el ritmo lento, me detuvo.
Esa mujer era atemporal y, su marcha, un fatal anacronismo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Vagabundo



Una mañana fría en Buenos Aires, en la radio anuncian ocho grados y seis de sensación térmica.
El joven encapuchado y encorvado camina con mucha dificultad por Avenida Corrientes, dobla en Callao y con un esfuerzo sobrehumano logra sentarse sobre una pila de papeles. Se sienta sobre sus pertenencias, ese es su living. Cierra sus ojos, logra dormirse, permanece así por unos cinco minutos hasta que el diarero le pide que se vaya, tiene que colgar unas revistas.
El joven se levanta despacio, el diarero lo mira, le hace señas para que se apure pero le cuesta, le cuesta tanto.
Una silla por un joven indigente, la ciudad también tiene su propia economía.

domingo, 7 de junio de 2009

El juego de la silla




Los chicos giran alrededor de un grupo de sillas, mientras suena el tema musical, siguen en movimiento, pero cuando música se detiene, cada uno debe sentarse. Las sillas van disminuyendo a media que avanza el juego y el que no se sienta, pierde.

Los pasajeros ingresan corriendo a los vagones, se lanzan, se golpean, se aplastan. Una chica intenta salir en la estación de subte Carabobo, la aplastan, y el zapato se desliza a las vías, indignadísima, grita: “No puede ser, me tendrían que haber dejado salir… ¿A dónde está el gerente? ¡Paren el subte, paren el subte! Quiero mi zapato”. La chica se va rengueando.

El joven corre, aplasta a la anciana, golpea al nene con la mochila y se sienta.

Desde los auriculares de una mujer que está parada se escucha “Suavemente” de Elvis Crespo, pero todos disfrutan de su asiento y nadie se levanta a bailar.

domingo, 31 de mayo de 2009

Sueños de tranvía

“Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles,
los transeúntes, que se me entran por las pupilas”

Apunte callejero (en Veinte poemas para ser leídos en tranvía)

de Oliverio Girondo



Un joven duerme en el tren Sarmiento, viaja rumbo a provincia, vuelve desde la Capital.

Los vestigios de este pasaje se hacen evidentes en un libro que reposa sobre su pecho. En sueños, quizás, recuerde aquello que guardaron sus pupilas. Girondo se actualiza en cada lectura, en cada pasaje.

Saco la foto, el joven despierta, guarda rápidamente el libro y sigue durmiendo.

domingo, 24 de mayo de 2009

Estudiar




Estudiar en el colectivo o en el subte tiene sus particularidades. Muchas veces la memoria no sólo imprime el concepto necesario para aprobar una materia, sino también la imagen de la estación o el trayecto en donde ese concepto pudo recordarse.
Entonces, al rendir se viaja, se vuelve a viajar.

Poesía

En la puerta de un baño público:


domingo, 17 de mayo de 2009

Ladrón



Desde provincia: tomar el colectivo, viajar hasta Carabobo y de ahí el subte.
El colectivo tarda unos rigurosos cuarenta minutos que no representarían un problema. Pero esta vez tenía que leer varios textos para la facultad entonces comencé con la estrategia “voy por mi asiento”. Me acerqué a la puerta de atrás y me dispuse casi al lado de los cinco asientos traseros. Un hombre de traje me aplastó, se puso detrás mío y, justo cuando una mujer se levantó, aprovechó para sentarse. El señor de traje recién había tomado el colectivo, yo hacía media hora que estaba parada y con una mochila muy pesada. Enojada, apoyé la mochila en el piso y comencé a sacar la pila de apuntes que tenía que leer: “Wakefield ” y la crítica de Borges, entre otros. Además estaba con una fuerte gripe as así que mi mano iba y venía sacando pañuelos descartables de la mochila. Miré al hombre insistentemente, él me miró incómodo por unos instantes pero no se inmutó, era inamovible.
Continué leyendo parada pero algo me sorprendió gratamente, escuchaba “What a wonderful world” en la voz de Louis Armstrong. La aparente felicidad duró poco cuando observé de donde provenía el sonido… era el timbre de llamada del señor ladrón de asientos. Ahí lo volví a mirar, indignada y él se apuró a atenderlo, sus dedos no llegaban a abrirlo, el tema continuaba sonando “I see them bloom..... for me and you”.
Una banda de sonido oportunamente inadecuada.

viernes, 15 de mayo de 2009

Instantánea


En la estación Perú de la línea A hay un túnel que conecta la plataforma de Carabobo (desde la extensión de la línea, antes era hasta Primera Junta) con la de Plaza de Mayo.
Hace varios años pasé por ahí, era invierno, había llovido varios días, el túnel se había inundado y además se había cortado la luz. Una chica se asomó y salió corriendo,yo me animé a cruzarlo.
Ahora vuelvo y hay luz, la gente, apurada, lo cruza con total naturalidad, pero no todos cruzamos el mismo túnel.

domingo, 10 de mayo de 2009

Mirada




El cruce de la Avenida General Paz implica el ingreso a otro territorio, el de la provincia, y la transición se da a través de un barrio cosmopolita. Se mezclan los papines de colores, el Locoto, la cervecita de la noche después de la jornada laboral y las corridas de los que quieren llegar a casa.

La General Paz divide, a partir de allá, la provincia. Y el punto de vista del observador es la Capital, esa perpetua mirada.

martes, 5 de mayo de 2009

Ying Yang citadino




Sobre Avenida de Mayo, casi al lado del café Tortoni, aparece un local con todo tipo de objetos made in china. Las estrellas asesinas llaman la atención, faltan los ninjas.

A su lado, las monedas del I-CHING, técnica adivinatoria que agrupa los elementos de la naturaleza: cielo, tierra, viento, trueno, montaña, agua, fuego y niebla. Se necesitan seis líneas para formar un hexagrama. Sin embargo, las combinaciones en la ciudad son infinitas.

domingo, 3 de mayo de 2009

¿Dónde está?


Sobre los bulevares de la Avenida 9 de Julio se paran los turistas y apuntan sus cámaras hacia el colosal monumento.

¿Pero qué pasa con la otra cara, el reverso? ¿Se puede sacar una foto dándole la espalda? Se ve el mismo paisaje ininterrumpido, la mirada no puede evitar darse vuelta, busca la presencia, no soporta la ausencia.

El Obelisco es un signo de puntuación cultural, una marca de la ciudad que limita la infinitud de la mirada.

sábado, 2 de mayo de 2009

Paso fugaz por Avenida Corrientes





Siempre están ahí, parados, mirando hacia afuera. Sus manos crean frenéticamente repulgues, rellenan canelones: queso, jamón, queso, jamón, queso, jamón. También dividen en porciones: flan, torta, budín de pan.

Desde adentro de “La continental” miran pasar a la muchedumbre frenética. Muchos ni siquiera los ven.

Ellos, desde adentro; nosotros, desde afuera. Espectadores, actores.
Para aquellos que los perciben el encuentro es fugaz, furtivo, escurridizo. Mecanicismo puro, ellos y nosotros. Pasos rápidos, entrar a las nueve. Ya van cuarenta empanadas, faltan ochenta.

Todo reglamentando, el orden reina en la ciudad. Pero se escurren, los encuentros repentinos se condensan entre los vidrios. Algunos se salvan.