domingo, 31 de mayo de 2009

Sueños de tranvía

“Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles,
los transeúntes, que se me entran por las pupilas”

Apunte callejero (en Veinte poemas para ser leídos en tranvía)

de Oliverio Girondo



Un joven duerme en el tren Sarmiento, viaja rumbo a provincia, vuelve desde la Capital.

Los vestigios de este pasaje se hacen evidentes en un libro que reposa sobre su pecho. En sueños, quizás, recuerde aquello que guardaron sus pupilas. Girondo se actualiza en cada lectura, en cada pasaje.

Saco la foto, el joven despierta, guarda rápidamente el libro y sigue durmiendo.

domingo, 24 de mayo de 2009

Estudiar




Estudiar en el colectivo o en el subte tiene sus particularidades. Muchas veces la memoria no sólo imprime el concepto necesario para aprobar una materia, sino también la imagen de la estación o el trayecto en donde ese concepto pudo recordarse.
Entonces, al rendir se viaja, se vuelve a viajar.

Poesía

En la puerta de un baño público:


domingo, 17 de mayo de 2009

Ladrón



Desde provincia: tomar el colectivo, viajar hasta Carabobo y de ahí el subte.
El colectivo tarda unos rigurosos cuarenta minutos que no representarían un problema. Pero esta vez tenía que leer varios textos para la facultad entonces comencé con la estrategia “voy por mi asiento”. Me acerqué a la puerta de atrás y me dispuse casi al lado de los cinco asientos traseros. Un hombre de traje me aplastó, se puso detrás mío y, justo cuando una mujer se levantó, aprovechó para sentarse. El señor de traje recién había tomado el colectivo, yo hacía media hora que estaba parada y con una mochila muy pesada. Enojada, apoyé la mochila en el piso y comencé a sacar la pila de apuntes que tenía que leer: “Wakefield ” y la crítica de Borges, entre otros. Además estaba con una fuerte gripe as así que mi mano iba y venía sacando pañuelos descartables de la mochila. Miré al hombre insistentemente, él me miró incómodo por unos instantes pero no se inmutó, era inamovible.
Continué leyendo parada pero algo me sorprendió gratamente, escuchaba “What a wonderful world” en la voz de Louis Armstrong. La aparente felicidad duró poco cuando observé de donde provenía el sonido… era el timbre de llamada del señor ladrón de asientos. Ahí lo volví a mirar, indignada y él se apuró a atenderlo, sus dedos no llegaban a abrirlo, el tema continuaba sonando “I see them bloom..... for me and you”.
Una banda de sonido oportunamente inadecuada.

viernes, 15 de mayo de 2009

Instantánea


En la estación Perú de la línea A hay un túnel que conecta la plataforma de Carabobo (desde la extensión de la línea, antes era hasta Primera Junta) con la de Plaza de Mayo.
Hace varios años pasé por ahí, era invierno, había llovido varios días, el túnel se había inundado y además se había cortado la luz. Una chica se asomó y salió corriendo,yo me animé a cruzarlo.
Ahora vuelvo y hay luz, la gente, apurada, lo cruza con total naturalidad, pero no todos cruzamos el mismo túnel.

domingo, 10 de mayo de 2009

Mirada




El cruce de la Avenida General Paz implica el ingreso a otro territorio, el de la provincia, y la transición se da a través de un barrio cosmopolita. Se mezclan los papines de colores, el Locoto, la cervecita de la noche después de la jornada laboral y las corridas de los que quieren llegar a casa.

La General Paz divide, a partir de allá, la provincia. Y el punto de vista del observador es la Capital, esa perpetua mirada.

martes, 5 de mayo de 2009

Ying Yang citadino




Sobre Avenida de Mayo, casi al lado del café Tortoni, aparece un local con todo tipo de objetos made in china. Las estrellas asesinas llaman la atención, faltan los ninjas.

A su lado, las monedas del I-CHING, técnica adivinatoria que agrupa los elementos de la naturaleza: cielo, tierra, viento, trueno, montaña, agua, fuego y niebla. Se necesitan seis líneas para formar un hexagrama. Sin embargo, las combinaciones en la ciudad son infinitas.

domingo, 3 de mayo de 2009

¿Dónde está?


Sobre los bulevares de la Avenida 9 de Julio se paran los turistas y apuntan sus cámaras hacia el colosal monumento.

¿Pero qué pasa con la otra cara, el reverso? ¿Se puede sacar una foto dándole la espalda? Se ve el mismo paisaje ininterrumpido, la mirada no puede evitar darse vuelta, busca la presencia, no soporta la ausencia.

El Obelisco es un signo de puntuación cultural, una marca de la ciudad que limita la infinitud de la mirada.

sábado, 2 de mayo de 2009

Paso fugaz por Avenida Corrientes





Siempre están ahí, parados, mirando hacia afuera. Sus manos crean frenéticamente repulgues, rellenan canelones: queso, jamón, queso, jamón, queso, jamón. También dividen en porciones: flan, torta, budín de pan.

Desde adentro de “La continental” miran pasar a la muchedumbre frenética. Muchos ni siquiera los ven.

Ellos, desde adentro; nosotros, desde afuera. Espectadores, actores.
Para aquellos que los perciben el encuentro es fugaz, furtivo, escurridizo. Mecanicismo puro, ellos y nosotros. Pasos rápidos, entrar a las nueve. Ya van cuarenta empanadas, faltan ochenta.

Todo reglamentando, el orden reina en la ciudad. Pero se escurren, los encuentros repentinos se condensan entre los vidrios. Algunos se salvan.