domingo, 27 de septiembre de 2009

Reflejos

Los árboles de la avenida Alberdi no son tan enormes como los de Goyena. Pero ni unos ni otros conmueven a los estudiantes que se dirigen a paso apresurado por Puán hacia la Universidad de Filosofía y Letras.
Van y vienen. Muchos charlan, la caminata se presta para discutir la clase, el próximo parcial o la salida del sábado.
Pero de vez en cuando alguno alza la mirada y los ve, deshojados. Otros, en cambio, con los ojos perdidos, los descubren ahí, entre restos de cigarrillos, basura y mugre, al borde del cordón, distintos, colándose en el agua.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Menú del día







Festejan el cumpleaños del niño, cinco añitos. Las tías y abuelas no dejan de charlar y aprovechan para comer los deliciosos sándwiches de miga. Los de jamón y queso, aceitunas y huevo, son los preferidos. Comen y comen.
En la panadería, los recortes del pan de miga utilizados para el armado de esos mismos sándwiches llegan de contrabando a manos de una misteriosa mujer. De edad avanzada, lleva consigo un carrito de mandados desde donde saca los recortes para distribuirlos estratégicamente en la esquina de Rodríguez Peña y Lavalle, los tira sobre la vereda, quedan montañas de pan que con la lluvia se empastan y provocan que los transeúntes se resbalen.
Las palomas degluten, se lanzan en picada desde los cables. ¿Qué la lleva a esa mujer a hacer lo que hace? ¿Cree en verdad que las palomas en la ciudad morirían de hambre de no ser por su ayuda alimenticia? Establece una forma de dependencia, un hábito, crea vínculos con esos animales putrefactos que barnizan la vereda con sus sustanciosas defecaciones.
Mientras, en algún bar de la ciudad, la gente come sándwiches, siempre sándwiches, deliciosos…

martes, 15 de septiembre de 2009

Paro de subtes

Llega a la estación, baja, corre por las escaleras hasta que la detiene el diarero: "Hay paro, no hay subte, hay paro". Se va hacia avenida Rivadavia, la muchedumbre espera agolpada alguno de los colectivos que vienen repletos.

Deja de correr, se resigna, espera en una parada. Los minutos pasan, tira la cabeza hacia atrás, su vista queda hacia arriba, allí lo ve, el edificio Art Nuveau, enfrente suyo. Contemplación, silencio:


viernes, 11 de septiembre de 2009

Privacidad en Plaza Miserere


En la estación Miserere una mujer mayor, flaca, con la cara surcada por gruesas arrugas, pide monedas a los pasajeros con urgencia de boletos.

Se le acerca una joven de similares facciones y contextura física. La mujer saca un peine de la cartera y la chica, mirándose en el vidrio de la ventanilla de los boleteros, comienza a peinarse.

La estación, una casa, momentos, vidas privadas. Los pasajeros que miran, espectadores silenciosos, intrusos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Asientos: gran dilema

Un joven se dirige con su amiga a los últimos asientos del colectivo. Comienzan a charlar, tranquilos, pero una mujer mayor con una voz finita y chillona le grita:
-Andáte, andá a otro asiento ¿No ves que hay otros asientos libres?-
-No me voy a ir señora, me quiero sentar acá-
-Andáte, andáte...-
Atrás observo a la mujer y al joven, al parecer el problema consiste en que el joven es demasiado grande como para sentarse en el asiento:
-¿No te das cuenta que no entrás?- continúa gritando la mujer.
-Mire señora, yo no soy un chorro, soy una persona decente, soy un enfermero ¿Sabe? así que a mí tráteme mejor y si quiero me puedo quedar acá, no me voy a ir señora-