martes, 28 de diciembre de 2010

Verano


El ruido de las chicharras y ese calor insoportable que se podía combatir con licuados de banana. Afuera la pelopincho emanaba el olor a plástico caliente y por los mosaicos se escurrían los charcos de agua. Acostados en la cama veíamos la luz escurriéndose por la persiana y las aspas del ventilador de techo que se movían peligrosamente. Sabíamos que afuera nos esperaba la pileta pero nos asustaban diciéndonos: “si no se duermen viene el hombre de la bolsa” y “tienen que hacer la digestión porque si se meten les agarra un calambre y se mueren”.

Y nunca nos dormíamos, contábamos historias, inventábamos cuentos y nos reíamos silenciosamente para no despertar sospechas de los mayores. No sabíamos qué día era porque el verano era eso, el disfrute infinito que solo se alteraba cuando llovía y veíamos desde adentro de la casa el agua cayendo en la pileta. Una vez que el sol volvía y el agua no estaba muy fría recomenzábamos el ritual del zambullido: ¿bomba o cabeza? ¡Lo que más salpique!

El momento más triste llegaba cuando había que vaciarla y veíamos cómo la manguera vertía lentamente el agua que además estaría fría, casi congelada. Y entonces nos escapábamos de la cama pero para ir a jugar con los chicos del barrio, tocábamos el timbre y salíamos corriendo (el famoso “rin raje”). También andábamos en la bicicleta, jugábamos carreras y cuando era la hora de despertarse volvíamos a meternos en la cama porque ni bien la abuela terminaba de ver la novela o el programa Yo me quiero casar, ¿y usted? se iba directo a despertarnos para que tomáramos el licuado.

Caminando por las calles de la ciudad me pregunto ¿dónde están los chicos? ¿a quién le tocan el timbre? ¿habrá alguna pelopincho en las terrazas? Cuando paso debajo de un local de ropa un chorro de agua me inunda la cabeza pero yo prefiero el agua de la pile…

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Y cuándo volvés?


Desde chica tenía cierta aversión por las salas de los shoppings, ese olor a plástico, ruidos de pochoclos, asientos perfectos, la iluminación. Y así fue que lo descubrió al LYON en el barrio de Caballito. Cada que vez entraba sentía cierta atmósfera atemporal, con olor a madera, público de avanzada edad y la visibilidad del proyector. Le gustaba la heterogeneidad, descubrir el asiento roto, la incomodidad de las butacas. Por que la sala estaba viva.
Una vez pasó por la puerta y se había ido pero tiempo después apareció rebautizado como CINEDUPLEX y se volvió a ir, una vez más. Otra vez se angustió, otra vez pensó en la tiranía de las grandes salas y la difícil resistencia de estos espacios que inevitablemente sucumbían.


Viajando en el colectivo lee La invitada de Simone de Beauvoir, es un libro amarillento, herencia de la tía Lelis. La tía Lelis había trabajado en los estudios FOX y le traía a la abuela las latas de fílmico que eran utilizadas por la familia como fuente de horno, “No sabés que bien quedan las tortas, riquísimas” solía decirle su abuelo. La tía era una apasionada de lectura y el cine, guardaba, por ejemplo, fotos autografiadas de actores famosos de la década del cincuenta. Y fue en ese libro donde se encontró el programa de un viejo cine Moreno ubicado en Avenida Rivadavia 5050, que pensó no existía más pero haciendo memoria recordó que el LYON y el Cineduplex estaban ubicados en… ¡Rivadavia 5050! Qué destino trágico, pensó, la tía se quedó sin el cine y a ella ya lo perdió dos veces.


La ciudad se vuelve a llenar de ausencias, las películas quedan desamparadas y que se enteren Lucrecia Martel, Pedro Almodóvar, Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, Sofía Coppola, Kim Ki-duk





jueves, 16 de diciembre de 2010

Escuchá, escuchá

Dedos sobre teclas, llamadas telefónicas, ruidos metálicos, mecánicos, zumbido de computadoras, celulares, algunas voces.

De repente el canto de un pájaro: -¿Alguien lo escucha? ¡Un pajarito! ¡Un pajarito! qué lindo sonido-

Dedos sobre teclas, llamadas telefónicas, ruidos metálicos, mecánicos, zumbido de computadoras, celulares, algunas voces.

-¿A dónde se fue?-

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Esas mismas veredas

Yo ni sabía dónde quedaba Puan pero cuando fui por primera vez para anotarme en el CBC descubrí que de las facultades de la UBA era la que más cerca quedaba de mi casa. Desde el primer momento la Facultad de Filosofía y Letras me gustó, la calidez de la gente, las marcas personales en todos lados: baños, paredes. Era una facultad viva, que permitía la expresión, que liberaba la creatividad.



Desde que empecé la Licenciatura en Letras cambiaron muchas cosas en el barrio, se demolieron muchas casas antiguas y no llegué a sacarle fotos a las fachadas. Cambió la tecnología también, de un primer celular pasé después a otro con cámara que me permitió sacar muchas fotos de este Blog.



Caminé nerviosa, haciendo memoria para parciales y finales, con fichas en mano.



Caminé feliz por una nota aprobada, por alguna idea de análisis. Y disfruté muchas materias: todas las teorías literarias (I, II y III), algunas literaturas, un seminario de Theodor Adorno.
Y también caminé muy triste, pensando en operaciones, en quimioterapia. La etapa más dura de la carrera no tiene que ver con la dificultad de aprobar una materia sino con todo lo que pasaba mientras estudiaba, cursaba y aprobaba o desaprobaba…



Camino esas calles como licenciada, como estudiante, cuántos recuerdos, muchísima emoción. Como la frase de la puerta de un baño:



viernes, 26 de noviembre de 2010

Cartonero



Es imposible salir de un local de libros usados sin un ejemplar pero esta vez fue otra cosa, algo mucho más irresistible.

Un hombre le muestra al librero unas láminas llenas de fotos, al parecer son unas producciones publicitarias de las décadas del 60 y el 70. El fotógrafo anotó en cada lámina la película que utilizó y varios detalles, algunos un tanto ilegibles. En algunas aparecen luces y sombras construyendo cuerpos, parecen ensayos artísticos. El librero le dice que no le puede dar el dinero suficiente, que le recomendará gente que sí podrá pagarle lo que valen.

¿Quién pudo tirar algo así? Ante la pregunta el hombre hace una mueca y contesta que no sabe, que quizás algún familiar. Su rostro manifiesta cansancio, insomnio y por sus ojos entrecerrados se observan todas las veredas, todas las calles, días y noches. Entre sus manos tiene un tesoro pero aún mantiene intactas las ganas irresistibles de poder comer esta noche.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Te vi



Después de una jornada laboral frente a una pared y una computadora sale a la calle. Se encuentra con lo de siempre: las palomas sobre el cable de la calle Lavalle, el sol entre los edificios y un poco de viento. Las pupilas, a pesar de estar acostumbradas, se adaptan con dificultad al cambio de luz natural.

En una esquina algo le llama la atención, son plantas fucsias, rojas, verdes, blancas. Sigue observando y descubre una prolongación de los colores pero en una manta, un niño allí adentro con una pequeña cara que se asoma y la madre abrazándolo. Ambos están en una quietud total, contemplativos. Ella no resiste la tentación de capturar la imagen así que saca el celular pero encuadra de forma rápida y desprolija. La mujer ahora descubre la mano que apunta y esa mirada atenta.

Ya en la computadora, con las fotos en tamaño grande ve que la imagen es pura ausencia. La mujer y el niño lograron mantener ese instante privado y único, pero también la fotógrafa lo retiene en su memoria como la presencia absoluta de lo irrepetible, único y maravilloso, el más puro instante.




lunes, 8 de noviembre de 2010

Indecible

1.

Dos chicas en el subte.
-Me tiene podrida ¿pero quién se cree que es? vos decíme. Se aparece después de grabar el programa, viene a casa, como que todo bien, después desaparece. No lo entiendo, te juro.-
-Y bue, ese tipo es así, vos ya lo sabés no es la primera vez que te lo hace-
-Si, tenés razón pero jode, me re jode-
-Me estaba acordando de la otra vez, cuando nos fuimos de pic nic todos y él se apareció de la nada alto quilombo armó-
-¿Pasco era no?-
-Si si, es esta-

Se bajan

2.

Mientras camina por Callao con sus auriculares tararea un tema "there is no pain you are receding, a distant ship´s smoke on the horizon".

Ella llega tarareando la canción al trabajo y un compañero le pregunta:

-¿Y eso? ¿Qué estás cantando?-
-Un tema de Pink Floyd, me encanta-
-Que bueno, yo de chico escuchaba, un tío nos pasaba los temas en la casa y hubo un verano que-
Suena el teléfono
-Infotech Buenos días-
Ella se levanta y se va a hacer un té a la cocina.


...


¿Y a dónde van los relatos inconclusos?





lunes, 1 de noviembre de 2010

Fúnebre

El intruso llegó a la oficina de imprevisto, se balanceó por el escritorio, degustó las sobras del día anterior hasta que lo vieron. Su vida se prolongó unos minutos más gracias a la potencialidad de la imagen, se convirtió en el héroe de la mañana, toda una exepcionalidad que debía ser documentada. Pero mientras era grabado por un celular se escapó y provocó el enojo de algunos compañeros.

Minutos más tarde reaparecería una vez más, pero esta vez bastó que una mano asesina se alzara y lo aplastara, un segundo, un par de pasos hacia a la muerte.

Y nadie piensa en todos esos potenciales asesinos que pululan por las calles, cuántas plagas.



martes, 26 de octubre de 2010

Mediaciones

"Aquí las relaciones fascinan, la palabra alimenta y colma,
como el súbito develamiento de una verdad; es decir
que esta verdad es de orden poético, es sólo decir que
la Palabra poética nunca puede ser falsa porque es total;
brilla con una infinita libertad y se apresta a irradiar
hacia miles de relaciones inciertas y posibles"

Roland Barthes, "El Grado cero de la escritura"



Todo eso estaba ahí y fue el gran Doisneau el que lo descubrió. Sesenta años después, en un café con atmósfera parisina de Buenos Aires ellos se divierten con las caras de asombro de los que observan el cuadro. Una cámara que reguló la entrada de luz, el obturador que se cerró, párpados.


La densidad del blanco y negro contrasta con los colores de la ambientación pero persisten en la regresión temporal.


Nos fuimos a París, lo sé, y si cerrás los ojos después de cruzar Rivadavia también vas a ver el mar…


Cada uno guarda sus propias imágenes pero algunos quizás las olviden y vuelvan a caminar por la misma ciudad, a resguardo de cualquier peligro desestabilizador. El mismo subte, el mismo café, la misma noche.


Y esta escritura que se resiste a la inmutabilidad, se retroalimenta, más tarde será recuerdo.

martes, 19 de octubre de 2010

¿Dónde?

1.

Las páginas corren entre sus dedos y con igual intensidad se suceden imágenes y sensaciones. Cuando por fin logra que las hojas la suelten vuelve a ser atrapada, un hombre descubre lo adherida que está a la lectura. Puede mirar a su alrededor y podría tratar de huir pero llora las lágrimas de Mikage Sakurai.

2.

Por la pequeña ventana de la oficina comenzaron a colarse unas gotas de agua y alguien dijo: "Llueve, llueve adentro".

Una compañera de trabajo recordó un fragmento de Rayuela de Julio Cortázar: "Y con tanta ciencia una inútil ansia de tener lástima de algo, de que llueva aquí dentro, de que por fin empiece a llover, a oler a tierra, a cosas vivas, sí, por fin a cosas vivas".





3.

Siempre le apasionó esa imagen: los coches desde abajo, la calle desde abajo, la ciudad, el mundo. Los rayos de luz colándose en la noche subterránea, el efecto de sonido producido por los bocinazos de los autos y colectivos. Solo algunas estaciones de la línea a tienen ese espacio intermedio que procura la supervivencia del mundo exterior y la firme resistencia a lo atemporal.

lunes, 11 de octubre de 2010

Amor en Buenos Aires

La aparición de nuevas tecnologías nos permite mirar donde antes no mirábamos, inmiscuirnos en la vida privada de quienes no conocemos. Y así fue que descubrió la percepción de un desconocido, entre las fotos de Facebook de un amigo vio unas letras que le parecieron rusas así que de un link a otro llegó a un perfil. Como la configuración de privacidad se lo permitía, comenzó a ver las fotos que esta persona había sacado de Buenos Aires, dos de ellas le gustaron, sintió que captaban gran parte del espíritu de la ciudad.


Intrigada por la incripción debajo de las fotos fue al traductor de Google y copió el texto en ruso:



La primera foto:

Parejas…

La segunda:

En todas partes! La primavera es, de hecho, en octubre...



Парочки...



Везде! Весна ведь в октябре...

martes, 5 de octubre de 2010

Todo lo que hay aquí, detrás


"Una madre era una criatura que tenía muchas capas
de vida superpuestas, el antes y el después no sólo del
parto sino todos los estados de su existencia, y seguían
vigentes en ella. Todo lo que dijera tendría que multiplicarse
por la cantidad de capas de representación existencial, y
nunca podría estar seguro de acertarle a la profundidad en
que cada argumento podía hacer efecto"

Fragmento de "Váramo" de César Aira



-Mamáaaaaaaaa, veo veo. Que veo veo, mamáaaaaaaaaaaaaa-
-¿Qué ves?-
-Una cosa-
-¿Qué cosa?-
-Maravillosa-
-¿De qué color?-
-Mmmmm, eh.... ¡ROJO! siiii rojo-

Los gritos del niño de unos siete años retumban en el vagón de subte.

Una mujer de unos cincuenta años recuerda una canción, no sabe bien de dónde salió pero la canta mentalmente "Veo veo ¿qué ves? una cosa, ¿qué es? es que estoy enamorado de tí veo veo es así".

Una joven piensa en su hermano que se fue a España, cuando mira al nene se preocupa, quizás su sobrino nunca aprenda a jugar al "Veo veo", tiene ganas de viajar para conocerlo pero su sueldo de telermaketer no le alcanza.

La compresión de pasajeros es cada vez mayor así que un hombre termina golpeando a la madre con el portafolio.


El nene ya se cansa de jugar, se arrodilla en el asiento, apoya sus brazos sobre el marco de madera de la ventana y mira hacia afuera, donde los grandes ven vías el descubre el infinito.







miércoles, 29 de septiembre de 2010

Café



Llueve en la ciudad, diluvia y ellos corren a refugiarse en un bar. Quieren ir al "Tortoni" pero hay muchísima gente afuera esperando, quieren ir a "La Giralda" a tomar chocolate caliente con churros pero tampoco hay lugar.

Y llegan al "Petit Colón", toman café con leche y medialunas, entrelazan sus manos y obvervan la lluvia detrás del ventanal.


En la puerta del baño una inscripción:


What happened?

I don´t know

Je ne sais pas
Qué se yo


lunes, 20 de septiembre de 2010

Y si algún día se van…

"Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo."

fragmento de"La Jaula"
en Las aventuras perdidas
Alejandra Pizarnik

Estos días andaba triste, quizás porque la alumna le dijo que se tenía que dar quimioterapia y eso la llevó al pasado, a todo lo que ya creía olvidado. Y a veces se veía a ella misma desorbitada, con la boca áspera y la lentitud de un dolor insoportable. Pero lo que más le preocupaba era el recuerdo de esa mirada, su propia mirada perdida, agobiada después de cada sesión.

Para despejarse se fue caminando despacio desde el trabajo, sabía que se le iba a ir el tren rápido pero decidió que ese día lo iba a perder. Llegó hasta la plaza del Congreso y vio un conjunto de puestos, era una feria de pueblos originarios con todo tipo de objetos artesanales. Hubo algo que le llamó la atención, una especie de muñequita chiquita hecha en tela, con muchos colores, preguntó si era un prendedor pero le dijeron que se trataba de un quitapenas.





lunes, 13 de septiembre de 2010

La espera

"um dia, inevitavelmente, aconteceria."
Fragmento del poema "Vinte e seis" de Leonardo Marona
(http://asescolhasafectivas.blogspot.com/)





Después del reiterativo "Aguarde que la llamarán por el apellido" se sienta en uno de los pocos asientos vacíos. Cuando mira a su alrededor nota todas esas caras circunstanciales de espera, pero otro tipo de espera, no es igual a la del subterráneo con los vaivenes del movimiento y los golpes entre los cuerpos, esta es una espera casi inmóvil. Todo transcurre de forma inverosímil en un vacío que provoca cierta necesidad de acumulación con incómodas miradas entrecruzadas, dedos frenéticos atacando los celulares, lecturas apresuradas, silencios pensativos.

Ella saca su libro, "Sueño profundo" de Banana Yoshimoto, empieza a adentrarse en la lectura, es la historia y a partir de esa nueva atmósfera piensa en las circunstancias contextuales, quizás podría quedarse hasta la noche leyendo ahí mismo, ignorándolo todo, acaso desoyendo la esporádica repetición de su apellido. Para ella una mínima rebelión, imposición del propio ritmo, desobedecimiento...

La indecisión dura poco, el oftalmólogo menciona su apellido, ella sigue leyendo, vuelve a mencionar su apellido y esta vez se levanta abruptamente, guarda el libro y el lápiz en la mochila. Ya dentro del consultorio comenta el ardor en los ojos pero el médico no la escucha, le dice: "Si si, andá para allá y sentáte". Cinco minutos alcanzaron para salir con lágrimas amarillentas, con la ruptura de un tiempo que estaba comenzando a construirse, cinco minutos apresurados, a puro ritmo comercial. Al salir a la calle es ella misma con esa otra adormecida, la misma que intentó salir pero fue, una vez más, debidamente encarcelada.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Los chicos de adelante

Después de una semana de sudestada Buenos Aires amanece lluviosa. El sábado parece destinado a la paleta cromática de grises que predominó durante toda la semana. Horas más tarde sale el sol y el abrupto cambio climático presupone en los noticieros un éxodo masivo hacia lugares públicos. Sin embargo, una gran cantidad de personas aguarda sobre avenida Rivadavia para entrar al cine Espacio INCAA Km 0.


Un hombre y una mujer de unos sesenta años aguardan pacientemente en la fila hasta que se aparecen tres jóvenes de aproximadamente once o doce años. Uno de ellos les pide que los dejen pasar porque se les hace tarde y no van a llegar a la función, otro comienza a narrar el trailer de la película que vio en You Tube: “Uno está rompiendo una pared y está dele hacer ruido, cuando se asoma al agujero que dejó el vecino de en frente le dice ´Ey, vos, ¿qué estás haciendo?´ y el otro le responde `Ante todo, buenos días´ jejejeje es genial”. Cuando los jóvenes llegan a la boletería les advierten que : “La película es apta para mayor de 13 años”, pero el matrimonio de atrás intercede: “Todo bien, no se preocupe, los chicos vienen con nosotros”.


La situación es percibida por un viejo cinéfilo que inmediatamente recuerda situaciones de su adolescencia, cuando se colaba para ver a la Coca Sarli o iba al cine con algún familiar que le tapaba los ojos en alguna escena “subida de tono”. Y se ríe para sí, disfruta del adorable anacronismo que acaba de presenciar.


Bonus track


Breve crítica de El hombre de al lado película argentina dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat. Protagonizada por Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz.


Hay vecinos detestables, hay vecinos insoportables, de esos que uno preferiría no tener, pero ¿quién es detestable para quién? Estamos tan acostumbrados a percibir el mundo en términos maniqueos a través del discurso habitual (ya sea periodístico, político, artístico o en situaciones de la vida cotidiana) que resulta interesante apreciar la enorme gama de posibilidades que se abre en el intersticio de dos posiciones en apariencia irreconciliables.


Este film tiene precisamente el mérito de trastocarlo todo, de inestabilizar la significación. Las relaciones humanas, los sentimientos, el arte, la comunicación, nada va quedando en pie y aquellos vecinos en apariencia enemigos comienzan a tener mucho más en común de lo que creían. Lo que uno que critica al otro termina explotando con toda su fuerza en sí mismo, porque la miserias ajenas se vuelven tan notorias y evidentes, como ajenas e invisibles las propias… Si el vecino de en frente es explícitamente bruto y violento, la aparente calma de la propia casa también demuestra tener su propia violencia callada, que corroe lentamente.


Esta película entretiene y deja contento a los espectadores, pero también puede perturbarlos, y es una perturbación que se celebra ya que demuestra el enorme potencial de estos dos realizadores.

lunes, 30 de agosto de 2010

Infancias


Un abuelo y su nieto meriendan en Puerto Madero, apenas hablan. El abuelo abre un sobre, lee unas boletas y finalmente el nieto le comenta que necesita comprar algo, pero que todavía le falta algo de dinero. Del silencio a la verborragia, el abuelo pregunta acerca del objeto y le dice que quizás le pueda prestar algo. Unos minutos más tarde el abuelo saca varios dólares de su bolsillo y se los da.

La mirada atenta de un joven asusta al hombre, en un instante fugaz se resquebraja esa situación cotidiana dentro del barrio porteño más seguro de todos. Teme por su dinero, tiene razón en temer.

El joven piensa en sus abuelos, recuerda cuando tenía ganas de que le compren un juguete pero fingía que no le gustaba para que no gasten. La voz de su madre volvía a la memoria constantemente reprimiendo su deseo "con lo que ganan de jubilación los abuelos apenas llegan a fin de mes, ojo vos, si querés algo me lo pedís a mí ¿entendiste?".

martes, 24 de agosto de 2010

Hoy


"Esta ciudad no se si existe, si es así...
¡O algún poeta la ha inventado para mí!
Es como una mujer, profética y fatal
¡pidiendo el sacrificio hasta el final!
Pero también tiene otra voz, tiene otra piel;
y el gesto abierto de la mesa de café...
El sentimiento en flor, la mano fraternal
y el rostro del amor en cada umbral."

Tango Siempre se vuelve a Buenos Aires
letra de Eladia Blázquez




Se vuelve al tango, con el pretexto de un festival, después de tanto tiempo, se vuelve. Pero alguien vuelve, alguien que en su infancia empezó a percibir que en la voz de Julio Sosa con Cambalache había algo que la cautivaba.

En la adolescencia apareció Piazzolla y un video para una materia del secundario con imágenes en VHS de la ciudad, del riachuelo repleto de camalotes, de la bruma, la llovizna. Empezaba a descubrir Buenos Aires a través del tango, primero la banda de sonido, después las imágenes.


Muchos años después ese alguien se encontraría con una pregunta ¿Qué es la poesía? y encontraría una posible respuesta escuchando a la Camerata Argentina de Pablo Agri con la participación de Juan Carlos Cuacci y Susana Rinaldi.
¿Será esa voz que emociona? ¿será el retorno al tango? ¿por qué la ciudad? No lo sabe, no hay certeza posible, pero sí la sensación de escuchar de a dos y así empezar a sentir que el tango la nombra, lo nombra y los nombra...


sábado, 14 de agosto de 2010

El circo

Para llegar a Capital con ese colectivo hay que atravesar el barrio de Ciudadela, no hay otra alternativa. En un principio los habitantes de otros barrios se resistieron ya que el cambio de recorrido de la línea implicaba una demora en el viaje. Pero hay algo que fue paulatinamente cautivando a los viajantes, una especie de transición traumática de la provincia a la ciudad. Una de las principales causas era la salida del sol, la posibilidad de ver el amanecer colándose por las calles, transformando minuto a minuto la visión.

Hay un lugar particular en la plaza de Ciudadela que da cuenta del mencionado fenómeno. Emplazadas al lado de la autopista del oeste aparecen dos carpas recortadas por las ramas de los árboles y los reflejos del sol. Mientras que en la ciudad los edificios obstaculizan el paso de la luz y están dotados de una permanencia casi absoluta, el circo con sus reducidas dimensiones muestra el vértigo de lo perecedero.



domingo, 8 de agosto de 2010

Mini crónica

Una amiga que se va a Estados Unidos y otra que le cuenta sobre la ciudad, así cuando vuelve puede leer esas impresiones instantáneas, pasajeras, que retiene esta ventana:

Verónica (Desconectado)

Virginia dijo (12:47 p.m.):
. Jueves, 5 de Agosto, 12:46 mini crónica de la ciudad
(porque usted seguro andará extrañando este fresquete)
. Hace menos frío pero unos chubascos abruptos atacan a
los peatones. Algunos corren en busca de la adquisición de
un nuevo paraguas, en vano, lluvias que van y vienen.
Virginia dijo (12:52 p.m.):
. Una pareja en el subte, discuten por un IPHONE, que es
caro, barato, "¿Para qué sirve?" Ella se baja en Pasco y un
hombre que subió en Miserere nota que hay un paraguas
tirado en el piso, "¿De quién es?", pregunta mirando a la
chica que queda en el andén y dice señalando "De él, de
él, gracias" y el tren se va pero deja el paraguas.
Virginia dijo (12:54 p.m.):
. Desde la oficina nota una claridad inusual para el día que
tenía guardado en mis ojos. La pared delante de la que
me encuentro y la PC parecen más brillantes. Dicen que
salió el sol, yo no lo veo.



lunes, 2 de agosto de 2010

De pelos



La calle Rodríguez Peña entre Rivadavia y Lavalle tiene una gran cantidad de peluquerías. En una de ellas hay mujeres llenas de ruleros y redecillas en el pelo. Algunos transeúntes las miran y en ese ir y venir instantáneo entre ruleros, pelos como pelucas y mobiliario antiguo, creen estar retrocediendo unos cuarenta años. Son mujeres de otro tiempo que siempre estuvieron ahí, como los viejos secadores en tonos metálicos.
Una joven quiere ir a cortarse el pelo pero teme entrar en esa peluquería, si entra siente que no va a salir nunca más. Pregunta precios, entra y sale de todos los locales pero, agotada, decide volver a su barrio. Toma el tren Sarmiento y un hombre al agarrarse de la manija del asiento oprime casi la totalidad de la cabellera, ella intenta mover la cabeza pero no puede, hace señas y el hombre finalmente la libera. Lo sabe, ese pelo se ha vuelto peligroso en los medios de transporte. La semana anterior los cabellos habían quedado atrapados entre los cuerpos de varios pasajeros, su cuerpo por un lado, la cabellera atrapada por el otro. “Ya no más” se dijo, cuando bajara del tren tendría que encontrar una peluquería.
Camina por la calle paralela a Rivadavia, la misma Rivadavia de Capital Federal pero otra Rivadavia. Llega hasta un pequeño local y al mirar para adentro nota que hay una mujer pintando un cuadro. Se anima a entrar pero, temiendo interrumpirla, le dice en voz baja si le podía cortar el pelo, la mujer termina de dar las pinceladas y le responde que sí, que no hay problema. Cuando se sienta para que comience a realizar el corte nota que al mirar el espejo aparecían una gran cantidad de cuadros, ¿se había equivocado de lugar? En la contemplación deja de observarse a sí misma y a la peluquera, cuando se levanta tiene pelo más corto pero unas ganas inmensas de permanecer allí observando las obras. Nunca había contemplado ninguna obra así, esta vez fue el ritmo del corte el que impuso su propia temporalidad y la llenó de ruleros y redecillas…

martes, 27 de julio de 2010

Reflejos


Difícil perderse pero lo logramos, esa no es la calle Florida, no sabemos de hora ni lugar, caminamos y bajamos la escalera. Siempre quise entrar pero nunca supe donde quedaba, tampoco ahora lo sé porque fue esa galería la que me buscó y nos encontró.
El silencio, nadie sabe que está allí, tan solo unos hombres que se limitan a ver la primera exposición y se van. Salimos y aparecemos en otra "te dije que estaba por acá, mirá, ahí está", entramos. Fotografío una de las obras y observo unos reflejos, otra vez me pierdo, esta vez es la contemplación de eso que no es pero es la obra. Y también estás vos, ¿qué es lo que veo? ¿qué dejo de ver? me perdí, otra vez.



martes, 20 de julio de 2010

Friendly

Sentirse hermanad@s en un reclamo.
Notar que la ciudad se vuelve menos hostil, resquebrajar las diferencias entre el uno y el otro.
A partir del 15 de Julio.




martes, 13 de julio de 2010

Una situación excepcional




Se sientan en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, hablan, se dicen cosas ¿qué cosas? Difíciles de escuchar para los voyeurs que miran esa escena que acaba de comenzar.
Interpuestos entre la pantalla ellos: mujer de unos treinta y pico de años y hombre unos cuarenta. Él le entrega una caja enorme que ella recibe entre risas y palabras inaudibles, abre ese paquete ¿qué es? Una juguera, ¿una juguera? Se escucha un “muchas gracias, no sabés que bien que me viene”. Una juguera en tonos metálicos, retro, de esas que dejan a la vista la naranja mientras es exprimida. ¿Lo tomará sola? ¿Qué son? Cuñados ¿Cuñados? Futura pareja, se ve que tienen onda, se nota. Ahora ella saca un celular y comienza a mostrarle fotos de un evento con músicos.
Se apaga la luz, está a punto de comenzar Madame Bovary de Claude Chabrol, una película que comienza, una escena que termina. La incertidumbre de unos pocos espectadores espontáneos absortos por eso que se construía ante sus ojos.
Quizás algún día lean estas palabras y entiendan que a esa, su historia-nuestra historia, le falta algo y quién sabe qué.

lunes, 5 de julio de 2010

Beben y beben


"Yo tomo licor, yo tomo cerveza
y me gustan las chicas
la cumbia me divierte y me excita,
salgo a caminar
recorro boliches
me pierdo en las noches
vivimos cosas buenas
junto a mis amigos"

Yo tomo licor y me gustan las chicas
,
cumbia de Amar Azul

Sábado a la noche, colectivo "1" rumbo a Ramos Mejía, pocos pasajeros hasta que sube un grupo de siete chicos jóvenes y una chica. Suben a los gritos, se sienten atrás y ponen música en un celular, un hombre de unos cuarenta años les grita y comienza la charla:

-No pibes así no, ¿qué es eso? ¿vino? ¡vino!-
-Si, es vino-
-No puede ser, si yo fuera tu viejo te bajo de los pelos-
-Pero no es mi viejo, mi viejo es pelado no como usted-
-Yo les digo, a esta hora tomando ¿y después? ¿siguen? ¿cómo siguen?-
-Si, ahora nos bajamos y nos esperan con ferné, hay uno que es falopero, él-
-Eh locoooo, lo mandamos en cana che, todo mal jajajajaja-
-Sonaderooooo, se da con la nariz, sonaderoooo-
-¿Y esa chica está con ustedes, sola?-
-Sí señor, la respetamos-
-¿Vos qué decís piba?-
-Todo bien, los conozco-
-Acá tenemos que bajar, apuráte, dale, después de la placita-
-¿Se van a bailar con los bolivianos a Liniers?-
-Noooo jeje no no-
-Se van a pasar, ¿no bajaban ahora?-
-Si si-
-¿No se olvidan ninguna botellita che? ¿ninguna? jejej-
-No Don, gracias, chau, buenas noches-
-Chau capo-

lunes, 28 de junio de 2010

Se agradece

Si lo que mira son nuestros ojos...


Y se abre un regalo, con mil papeles, en medio de un parque, puede ser cualquier parque de la ciudad porque las circunstancias difuminan el espacio, subliman el tiempo.
Alrededor caminan o corren deportistas, enamorados, borrachos, y los papeles siguen dificultando el acceso a ese objeto, ella disfruta esa sensación de sorpresa. Finalmente lo ve, lo descubre, el libro de Antonio Di Benedetto, aquel que le había mencionado al pasar, pensando que el olvido, que la pasión literaria se esfumaría en ese diálogo del MSN.
Doble sorpresa, querer en el recuerdo, recordar y actualizar lo fugaz, detener y volver a recordar, descubrir que ese mismo parque también tenía estrellas, abrazos...

martes, 22 de junio de 2010

Crónica de un viaje futbolístico


Después de la experiencia del hipódromo, este blog disfruta de la participación de sus amigas. Esta vez Vero escribió:


Parece un día feriado, aunque sean las 8:30 de la mañana de un día común, laboral. Sin embargo, no hay casi nadie en la estación de trenes. ¿Acaso nadie tiene que ir al centro hoy? Si, tienen, pero lo hicieron antes de esta hora o lo harán después de las 10:30. ¿Por qué? Porque a las 8:30 del 17 de junio de 2010 juega la Selección Argentina su segundo partido del Mundial Sudáfrica 2010. Y para los argentinos, esas 2 horas son sagradas, como un feriado


Apenas se comienza a escuchar el relato de Víctor Hugo por los auriculares del celular, el tren arriba a la estación. Su maquinista lleva puesta una remera de Argentina, una pasajera que está por subir le levanta el pulgar en señal de aprobación. Al abrirse las puertas no se baja nadie, al subir al vagón está casi vacío, hay asientos libres y es fácil acomodarse en ellos. La viajera se siente rara, pero se pone cómoda y disfruta el relato del partido. Unos pocos minutos faltan para que se produzca el primer gol argentino, pero ya sea por el silencio en el vagón, porque la mayoría de los ocupantes del vagón son de sexo femenino, o porque se palpa en el aire que a (casi) nadie que esté viajando a esta hora en este tren le interesa ni un poquito el partido, el gol no se festeja. Solo una pasajera tímida se levanta a medias y grita un débil gol, la viajante la mira, le asiente la cabeza y le sonríe. Una mirada cómplice se cruza entre ellas, pero esa es la única irrupción de la famosa “pasión futbolera argentina” que se manifiesta esa mañana en ese vagón.


La caminata por las siempre bulliciosas, atiborradas e incómodas de transitar veredas de la calle Pueyrredón, en el barrio de Once, resulta ligera, fácil. La total ausencia de puestos precarios, los carteles de “abrimos después del partido” en los negocios, lo permiten. Y es en esas extrañamente desiertas calles que Víctor Hugo grita el 2do gol, tal vez un poco titubeante por la duda de si “estaba en offside?” o no. Los gritos salen de los negocios, los autos se expresan con bovinazos. Pero esta vez la viajante no solo se siente tímida, sino también emocionada (más por la alegría de la gente que por el gol en si) y tan solo puede pronunciar un bajo “vamos! gol!” sin que la voz le salga entrecortada. Y prosigue su marcha acelerada.


Faltan 10 minutos para que termine el primer tiempo, pero la necesaria utilización del subte para poder arribar a destino interrumpe la señal de radio, y la viajera, que ya se lo imaginaba, debe continuar su camino ignorante de los acontecimientos hasta que vuelva a la superficie, cuando el 1er tiempo ya haya terminado. La estación del subte presenta una imagen muy parecida a la del tren. Los empleados no existen; seguramente se hayan “perdido” en el camino entre la televisión y las boleterías. Pero por suerte el subte sigue funcionando. Tal vez haya que agradecérselo al gremio (sin personería jurídica) del subte que consiguió que las mujeres manejen las formaciones. Si no quién sabe.


Cuando la viajera sale a la superficie, su celular aún no puede captar las ondas de la radio. El microcentro porteño atenta contra ella, con sus constantes interferencias. Así que no es hasta que llega a la oficina y se cruza con una compañera de trabajo que se entera que el 1er tiempo terminó con un gol del contrincante. “En el último minuto fue!”.


El 2do tiempo la viajera se convierte en hincha. En la comodidad de una sala de reuniones y frente a un LCD de quien sabe cuantas pulgadas, se angustia y disfruta con el partido junto a sus compañeros de trabajo. Esta vez se siente cómoda y tranquila, y no vacila en gritar y saltar para festejar los 2 goles que el equipo argentino regala.


Luego del partido el día sigue (o será comienza, en realidad) como cualquier otro día laboral. La hincha se transforma en trabajadora, y responde preguntas, soluciona problemas, completa responsabilidades, crea nuevas….


Y se toma unos minutitos para escribir estas líneas.

miércoles, 16 de junio de 2010

¡Cuidado!


Peligrosa, por múltiples y variados motivos...

I

Bajando del subte una chica le dice a una mujer: "Señora, más cuidado con el paraguas" pero otra la advierte: "No te preocupes, hay armas aún más letales como las agujas con onda oriental que se aplican a los rodetes, ¿vos te das una idea lo que es eso en la hora pico con el vagón repleto de pasajeros?".

II

En el paseo del bicentenario, en el stand de la provincia de Neuquén, sorprende un dinosaurio asesino. Por debajo del cuerpo sobresalen dos flacas piernas de color verde casi-fluorescente que mueven al animal acercándolo a los visitantes, los más desprevenidos escucharán el chirrido de los dientes cerca de sus caras, el plástico ruido suena aterrador.
Prevenidos, los organizadores increpan al animal: "atrás flaco, de la línea para atrás, no pasés la línea, ¿me entendés?" y le piden a una joven vestida de guardaparque que lo mantenga alejado de la gente. Pero, habilidoso, el extinto reptil realiza un movimiento calculado y provoca ataques con su larga cola.



III (Bonus track, "La venganza será terrible")

Sentadas en la segunda fila de asientos dos mujeres comentan las noticias del momento intercaladas por frases como: "La juventud está perdida", "Y nadie hace nada", "Hay que matarlos a todos". Al subir una mujer embarazada la indignación se acrecienta y comienzan a increpar a los jóvenes del asiento de adelante: "Qué bien eh, mirá cómo se hacen los tontos, no se levantan, nada, que desastre, así estamos...". Los dos jóvenes se dan vuelta, dirigen su cara a las mujeres que se quedan pálidas, atónitas, los rasgos físicos de la ceguera logran enmudecerlas...

martes, 8 de junio de 2010

Flash-back

Olor a cemento, olor a arena mojada de una de las tantas obras en construcción.

Recuerdos.

Ingresar en esa dimensión polvorienta y ruidosa con mezcla de chamamé a todo volumen y ruido a prensa. Los tanques con colores amarillo y rojo, enormes tanques de cemento con agua coloreada y el palo de madera para revolver (uno de esos que el abuelo convertiría en zancos). Estirar los pies para poder llegar a mirar a los obreros mientras volcaban con los cucharones los colores en los moldes, después el cemento húmedo, cemento seco estirado con una chapita de metal y con un movimiento hacia adelante el molde quedaba debajo de la prensa, la mano bajaba la palanca y ahí quedaba, impecable: el mosaico.


martes, 1 de junio de 2010

Penas

"Estás desorientado y no sabés
qué trole hay que tomar para seguir."
Desencuentro tango con letra de Cátulo Castillo





Amores que se escurren, dolor incontinente, corrosión asfáltica, nada, aboslutamente nada, puede contenerlo. Huye, pero es aprisionado por los discursos ajenos que señalan, que marcan, y descubren que la variación es lamentable, "una pena realmente, se veían tannn bien".
Y así, solos, caminan por la ciudad sintiéndose zombies, buscando abrazos apretados de subte, sintiendo que todo ese querer los asfixia. No saben, desconocen esas inmensidad que se abre ante ellos y canaliza el dolor.

martes, 25 de mayo de 2010

Hipódromo

Sábado de primera vez, de carrera, de caballos. Vuelve, se sienta delante del teclado y comparte la experiencia:

deJES
paraVerónica
cc"Carolina" ,"Mariana", "Natalia", "Laura", "María Virginia", "Alicia"
fecha 5 de mayo de 2010 09:54
asunto Re: RV: Hipódromo
enviado porgmail.comfirmado porgmail.com
ocultar detalles 5 may (hace 12 días)

SOMOS GROSAS Y LO SABEMOS!!! jajajajjaa
Estuvo buenísimo!!!! Casi lloro de la emoción jajaja
Lo más loco es que apostamos a dos caballos y salieron en primer y segundo lugar!!!
Yo estaba tratando de sacar fotos al lado de la pista donde estaba la multitud enardecida y presencié como en el último segundo el caballo 3 pasaba a otro...
Súbitamente me di vuelta en busca de mis muchachas y cuando las vi, ellas reflejaban la misma expresión atónita de felicidad que yo tenía!!!
Ganamoooooooooooooooosssssssss!!! jajajjajaa Fue un muy bello momento. Debo admitir que tenía ganas de saltar jajaja
Como buenas ratonas que somos sólo apostamos $3 a cada caballo entre las tres (si si, entre las tres), por lo tanto, ganamos $17 que fueron debidamente repartidos entre las participantes.
Se me pasó volando el día... No les digo que lo haría siempre pero fue una linda experiencia.





domingo, 16 de mayo de 2010

Todos bailan



Miércoles, como todas las semanas los jubilados están parados en la esquina de Callao y Rivadavia. Esta vez se escucha música de cumbia proveniente de la manifestación de la CTA en la plaza del Congreso, una mujer con muletas pasa delante de los jubilados, suelta sus brazos, quedan sus axilas apoyadas sobre las muletas y comienza a moverse, su cuerpo se balancea, provoca una sensación de movimiento total. Se ríe, goza, baila.
Por la tarde en calle Florida el "veterano beatle" de siempre canta otro de sus temas mientras un hombre y una mujer de unos cincuenta años bailan delante de él, ella es alta, rubia, balancea los brazos y cabeza, canta, no puede contener el movimiento, sigue el ritmo.

"Well, she looked at me,
and I, I could see that before too long
I´d fall in love with her.
She wouldn´t dance with another, ooh,
When I saw her standing there."

Tantas mujeres y unos pocos que se llevan en la memoria esa libertad mínima desplegada sin pudores, gracias a la música.