martes, 26 de octubre de 2010

Mediaciones

"Aquí las relaciones fascinan, la palabra alimenta y colma,
como el súbito develamiento de una verdad; es decir
que esta verdad es de orden poético, es sólo decir que
la Palabra poética nunca puede ser falsa porque es total;
brilla con una infinita libertad y se apresta a irradiar
hacia miles de relaciones inciertas y posibles"

Roland Barthes, "El Grado cero de la escritura"



Todo eso estaba ahí y fue el gran Doisneau el que lo descubrió. Sesenta años después, en un café con atmósfera parisina de Buenos Aires ellos se divierten con las caras de asombro de los que observan el cuadro. Una cámara que reguló la entrada de luz, el obturador que se cerró, párpados.


La densidad del blanco y negro contrasta con los colores de la ambientación pero persisten en la regresión temporal.


Nos fuimos a París, lo sé, y si cerrás los ojos después de cruzar Rivadavia también vas a ver el mar…


Cada uno guarda sus propias imágenes pero algunos quizás las olviden y vuelvan a caminar por la misma ciudad, a resguardo de cualquier peligro desestabilizador. El mismo subte, el mismo café, la misma noche.


Y esta escritura que se resiste a la inmutabilidad, se retroalimenta, más tarde será recuerdo.

martes, 19 de octubre de 2010

¿Dónde?

1.

Las páginas corren entre sus dedos y con igual intensidad se suceden imágenes y sensaciones. Cuando por fin logra que las hojas la suelten vuelve a ser atrapada, un hombre descubre lo adherida que está a la lectura. Puede mirar a su alrededor y podría tratar de huir pero llora las lágrimas de Mikage Sakurai.

2.

Por la pequeña ventana de la oficina comenzaron a colarse unas gotas de agua y alguien dijo: "Llueve, llueve adentro".

Una compañera de trabajo recordó un fragmento de Rayuela de Julio Cortázar: "Y con tanta ciencia una inútil ansia de tener lástima de algo, de que llueva aquí dentro, de que por fin empiece a llover, a oler a tierra, a cosas vivas, sí, por fin a cosas vivas".





3.

Siempre le apasionó esa imagen: los coches desde abajo, la calle desde abajo, la ciudad, el mundo. Los rayos de luz colándose en la noche subterránea, el efecto de sonido producido por los bocinazos de los autos y colectivos. Solo algunas estaciones de la línea a tienen ese espacio intermedio que procura la supervivencia del mundo exterior y la firme resistencia a lo atemporal.

lunes, 11 de octubre de 2010

Amor en Buenos Aires

La aparición de nuevas tecnologías nos permite mirar donde antes no mirábamos, inmiscuirnos en la vida privada de quienes no conocemos. Y así fue que descubrió la percepción de un desconocido, entre las fotos de Facebook de un amigo vio unas letras que le parecieron rusas así que de un link a otro llegó a un perfil. Como la configuración de privacidad se lo permitía, comenzó a ver las fotos que esta persona había sacado de Buenos Aires, dos de ellas le gustaron, sintió que captaban gran parte del espíritu de la ciudad.


Intrigada por la incripción debajo de las fotos fue al traductor de Google y copió el texto en ruso:



La primera foto:

Parejas…

La segunda:

En todas partes! La primavera es, de hecho, en octubre...



Парочки...



Везде! Весна ведь в октябре...

martes, 5 de octubre de 2010

Todo lo que hay aquí, detrás


"Una madre era una criatura que tenía muchas capas
de vida superpuestas, el antes y el después no sólo del
parto sino todos los estados de su existencia, y seguían
vigentes en ella. Todo lo que dijera tendría que multiplicarse
por la cantidad de capas de representación existencial, y
nunca podría estar seguro de acertarle a la profundidad en
que cada argumento podía hacer efecto"

Fragmento de "Váramo" de César Aira



-Mamáaaaaaaaa, veo veo. Que veo veo, mamáaaaaaaaaaaaaa-
-¿Qué ves?-
-Una cosa-
-¿Qué cosa?-
-Maravillosa-
-¿De qué color?-
-Mmmmm, eh.... ¡ROJO! siiii rojo-

Los gritos del niño de unos siete años retumban en el vagón de subte.

Una mujer de unos cincuenta años recuerda una canción, no sabe bien de dónde salió pero la canta mentalmente "Veo veo ¿qué ves? una cosa, ¿qué es? es que estoy enamorado de tí veo veo es así".

Una joven piensa en su hermano que se fue a España, cuando mira al nene se preocupa, quizás su sobrino nunca aprenda a jugar al "Veo veo", tiene ganas de viajar para conocerlo pero su sueldo de telermaketer no le alcanza.

La compresión de pasajeros es cada vez mayor así que un hombre termina golpeando a la madre con el portafolio.


El nene ya se cansa de jugar, se arrodilla en el asiento, apoya sus brazos sobre el marco de madera de la ventana y mira hacia afuera, donde los grandes ven vías el descubre el infinito.