lunes, 26 de septiembre de 2011

Solidarios


Obra de Juan y Diego:


Entra al vagón con unas tarjetas y las reparte a los pasajeros, uno por uno. Algunos las agarran, otros hacen señas con la mano para que no se las dé. De vagón en vagón, todo el día repartiendo tarjetas.

Dos estaciones más adelante suben tres chicas, cada una con la cara pintada de celeste y una cámara digital colgando en el cuello. Entran haciendo ruido, con una sonrisa, pasan una urna y reparten folletos para quienes estén interesados en ser voluntarios. La gente sonríe, depositan monedas y billetes. Las chicas se bajan agradeciendo.

A la noche el nene del subte se encuentra con un hombre de unos cincuenta años que le grita: "¿Esto soloooo?, ¿me estás cargando pibe? dejáte de joder, con esto no hago nada". Después de una larga discusión el hombre se lleva casi totalidad de la plata. El nene va a una plaza y se acuesta, mira eso que brilla en el cielo y que algunos llaman "la luna". El estómago le hace ruido, no fue suficiente el pan que le dieron los de la estación.

Pero alguien, lejos, recibe esa voz angustiosa y olvidada. Donde quiera que estés ella es tu voz que canta:

Susana Baca, "Copla de la O"


Yo no conozco la o
me dicen que es redondita
mi madre tan pobrecita
que a mí no me la enseñó
yo no conozco la o

Las letras se van al diablo
porque escribirlas no sé
pero yo cuando les hablo
pero yo cuando les hablo
todas se ponen de pie
todas se ponen de pie

Información adicional

El autor de la canción es Ferreñafano Don Luis Abelardo Takahashi Núñez, es un tema en ritmo de Triste, fue grabado en el segundo cassette musical "De la misma Sangre" por el elenco musical de Llampallec http://www.llampallec.com/ cantado por "Mamá Charito" Rosario Olivera Jara.
El tema fue difundido por Llampallec en 1991 en Perú, Ecuador y Colombia en su gira internacional. El toque de guitarra ferreñafana como se tocaba en los caseríos fue enseñado por José Maeda Ascencio, estudioso de la música popular.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Me dejé olvidado. Mi nombre


Caminando rápido para llegar al subte un reflejo me atrapó, unos segundos bastaron para distinguirme adentro del bar. Y ahí se quedó el reflejo de mí misma. Mí misma, no yo, que seguí apurada hasta el subte.

Como ese año en que empecé a leer "62, modelo para armar", me costaba avanzar en la lectura atrapada por la sensación de ubicuidad de esa mujer, de no poder salir, ¿era un bar? creo que sí.

Seguí, los miedos vinieron conmigo. Vi una pierna de muñeca Barbie en las vías, estaba casi intacta hasta que pasó el tren. Cuando estaba por bajarme en Alem una mujer dormida tenía entre sus manos un envase vacío de detergente. Un pequeño suicidio que pasa desapercibido para todos, pero yo sentí la muerte desdibujada en una apariencia de sueño profundo. Bajé.

De todas las tragedias cotidianas posibles yo me llevaba las peores.

Otra mujer, que no soy yo, es mi reflejo, me atrapa con su canto. Quizás me encuentre en el lado oscuro de mi nombre:


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lunes, 12 de septiembre de 2011

El asombro

"O tal vez corra por esta nueva época
-atravesando este nuevo mundo sin caminos-
con mil estornudos brillantes y mil hierbas"

Clarice Lispector en Suite de la primavera suiza



Vuelve al hogar después de una agobiante jornada laboral full-time. La ciudad se aleja empañada por cierta neblina ocular de una congestión que se resiste a abandonarla. Pero lee. Entre pañuelos descartables, un saco y una mochila aparece un libro que sostiene con débiles fuerzas entre el cúmulo de pasajeros que se acomodan para subir al tren. A su lado una joven ojea una revista de moda y la curiosa lectora abandona su libro para contar mentalmente: "1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39...". La chica se detiene en cada una de esas páginas con publicidades de zapatos-carteras-vestimenta-zapatos-vestimenta-vestimenta-cartera-zapatos. Antes de terminar de contar llega el tren y entre empujones logra sentarse. Se sienta al lado de la chica de la revista, guarda el libro en la mochila y se recuesta tratando de mitigar el dolor de todo el cuerpo.

El tren avanza unos metros pero se detiene en el túnel de Miserere durante unos veinte minutos, los pasajeros se quejan. Algunos miran por la ventanilla y se percatan de que el tren está dando marcha atrás, se paran rumbo a los últimos vagones pensando que vuelve a la estación. Finalmente el tren se detiene y vuelve a avanzar. Entre estornudos se despierta, mira hacia afuera, se vuelve a dormir. Cuando están llegando a Villa Luro la despiertan unos gritos: "Un asiento por favor, un asiento para la señora que tiene un bebé". Y nuestra lectora-curiosa-resfriada se levanta dificultosamente con los ojos entreabiertos para que la señora que tiene un bebé se siente.

La chica de la revista mira con simpatía a la beba y le va mostrando las páginas mientras la mamá le relata: "perro, casa, auto, nena". La beba sonríe, mira a la madre, mira a la chica, mira a la revista, señala. El mundo de la nena se va configurando en tinta, algo se le revela en cada página y los ojos afiebrados también tienen su propia revelación, descubren que sí, al final la revista...

lunes, 5 de septiembre de 2011

Los que miran miran los que

Desde adentro del cubículo de vidrio lo observa, un joven se dirige a una computadora y después a la cabina: "Estoy interesado, decíme maestro ¿está bien de papeles? ¿y el motor? ¿cómo anda?".

La música de espera del que mira resulta un tanto ensordecedora, Todos los operadores se encuentran ocupados, aguarde, en instantes será atendido.

Como en la Boca, andamos mirando. Desde adentro del teatro de la Ribera hablan como, se dicen, esperan. Construyéndose en minutos de vida que en la charla se detienen, el río. El silencio mortífero de los ausentes, el río.

Desde adentro hacia afuera observa y saca la foto en el absurdo ejercicio de detención. Volverá a La Boca, ingresará al teatro y serán otros ahogados gritos los que reclamarán su voz.